No es mas que amor



   Debo hacer una confesión: hasta antes de estar con alguien esto no era un tema para mí, vivía mi vida provocando que las cosas sucedieran, me proponía un objetivo y no me quedaba tranquila hasta verlo cumplido. El amor no era una prioridad, más bien era un estorbo, un obstáculo que entorpecía mi largo e inesperado recorrido que día tras día cambiaba de dirección.

   Pero sucedió, decidí enamorarme y ya luego olvidé lo demás, fueron momentos inquietantes que pido a gritos vuelvan, si bien me dejé llevar por la pasión, coarté mis planes en pro de una relación exitosa y duradera, que al contrario de todo pronóstico se dio por terminada. Volví a mi vida, no a la de antes, sino a una diferente, una vida renovada tal vez, intentando buscar mi rumbo, uno que si bien nunca tuve claro, ahora me he afanado por darle un sentido, o al menos una dirección.

   Poco a poco he ido redescubriendo actividades que me gustan, he dejado atrás todo aquello con cuanto no me sentí  cómoda y que no me hacía feliz. Basé mi vida pensando que tal vez las satisfacciones económicas podían resolver ese sinsentido en el cual me veía sumergida. Me equivoque, otra como tantas veces. Me dediqué por entero a mí misma, otra vez, tratando de hallar ese camino que había olvidado y que me llevó a conocer tan diversas como fascinantes experiencias, actividades, personas,  todo en mi afán por encontrarme.

   Antes no sentía la necesidad de compañía, pero ahora, la verdad es que no quiero continuar sola más. Tengo almacenada una reserva de amor tan grande que me siento ansiosa por que se presente alguien con quien compartirla. Quiero romance, quiero seducción, quiero volver a sentirme atrapada en las ridículas y excitantes redes del amor.

  Recuerdo haber mencionado en alguna oportunidad que jamás quería volver a enamorarme, pero la verdad se cuela en mi pecho como un grito desesperado anhelando compañía. No espero que venga un príncipe azul montado en su caballo para salvarme, no necesito ser salvada, me dan miedo los caballos y son muy fríos los castillos. Tampoco quiero que aparezca mi media naranja, que me complete y seamos uno, los dos. Yo ya estoy siendo completada y no quiero mimetizarme con otra persona, quiero seguir siendo yo misma y compartir mi esencia con quien quiera recibirla, es mi trabajo ser completada, quiero elegir de qué cosas llenarme, sin embargo quiero compartir ese proceso con otro.  Quiero contarle mis cosas, escuchar las suyas y compartir opiniones, quiero escuchar sus consejos, entregarle los míos y buscar juntos una conclusión.

   Quiero sentir esas cosquillitas en mi estómago cuando suena el teléfono y conectar nuestros pensamientos con un “justo estaba pensando en ti”. Quiero que alguien piense en mí, me quiera y me desee y no tema expresármelo día tras día procurando acompañarnos mutuamente; admirarlo y ser admirada, disfrutar, compartir y crecer juntos.

   ¡Sí!, confieso que he estado oculta detrás de una máscara de independencia queriendo demostrar que quiero estar sola, independiente y autosuficiente como me ven, cuando la verdad es que soy sensible y vulnerable soñando el momento en que un hombre llegará para amarme, tal vez no por el resto de la vida, pero si al menos por un buen tiempo.

Basta ya de angustias, deja los problemas, olvida las penas,
verás que nada va a pasar, todo estará en paz...