"La maldad sólo proviene de la ignorancia"
Me cuesta creer que existan personas malas, entendiendo como maldad lo contrario de bondad. Si bien esta definición es ambigua, así también lo es el cómo catalogamos indiscriminada y pre juiciosamente a las personas. Las enmarcamos dentro de un cuadro subjetivo que, de acuerdo a nuestros propias ideas no encaja sentenciado, de este modo, su actitud o personalidad...
Si somos de tendencia política izquierda, creemos firmemente en la idea de que aquellos que son de derecha son los equivocados, en caso contrario, el de izquierda sería mi adversario, el "malo" de la historia. Y nuestros ideales aquellos que harían de este un mundo mejor. En cualquier caso nuestro oponente sería quien piensa distinto a mí.
Es una postura cómoda el moverse bajo esta premisa, todo dependerá de los roles. Cada una de las partes tendrá sus argumentos válidos para justificar sus acciones, cada uno las expondrá con convicción por que tiene la certeza, la seguridad que le ha brindado su propia experiencia, de que está en lo correcto.
Recuerdo una clase de psicología laboral en la cual debíamos preparar un juicio actuado en base a una noticia que había salido en el diario. Cuando se repartieron los roles, me tocó defender al acusado; un tal Johnny Herrera el jugador había sido formalizado por el delito de manejo bajo la influencia del alcohol con resultado de muerte, debido a que en la madrugada del domingo había atropellado a una joven de 22 años en la comuna de La Reina supuestamente a exceso de velocidad. Al principio, cuando me enteré de cual era mi rol, de defensora, vi el caso como perdido y me decepcioné, pues preveía la pérdida del caso. Sin embargo en ese momento ocurrió algo sorprendente; llevé mis propios prejuicios mas allá de la noticia, quería ganar, no para demostrar la inocencia, que estaba claro que no la tenía, simplemente para exponer los verdaderos hechos de aquel suceso.
Entonces sucedió, me puse en el lugar del acusado, leí su historia, reviví sus experiencias y en especial los hechos que sucedieron en aquel accidente, lo vi de los ojos del propio protagonista. No recuerdo muy bien como terminó aquel juicio en el salón de clases, ni tampoco el puntaje que obtuve por mi participación, pero finalmente comprendí.
Hasta ese momento siempre creí que era portadora de la verdad, me veía a mi misma navegando contra la corriente con ideas opuestas, con conceptos subvalorados. Me aislé en mis pensamientos y así me convertí en una observadora de la ignorancia de la gente que me rodeaba.
Mi superioridad me elevó tan alto, por encima de los demás que llegué a verme sola. Eramos yo y mis ideas que, a mi entendimiento, volverían a este mundo un lugar mejor, después de todo, yo era la "buena", no podía perder.
Pero de pronto, y con este nuevo entendimiento, logré comprender que otros también eran portadores de la verdad, una verdad que si bien no compartía, los motivaba a seguir sus ideales y luchar por ellos. Ellos, a diferencia de mí, tenían las agallas y la voluntad para materializar esos ideales.
Quise unirme a ellos, pero de pronto me di cuenta que ellos tenían las mismas debilidades que yo, creían que portaban la única y válida verdad, lo que los hacía que sucumbieran en el intento por instaurar su postura. Yo no era capaz de corregirlos, no tenía los argumentos para hacerlo.
Ahora me doy cuenta que puedo comunicar mi verdad y aceptar las tantas otras que hay afuera, y no me siento sola por que aunque no lo crean todos vamos en la misma dirección, todos queremos llegar a la verdad.
Pero de pronto, y con este nuevo entendimiento, logré comprender que otros también eran portadores de la verdad, una verdad que si bien no compartía, los motivaba a seguir sus ideales y luchar por ellos. Ellos, a diferencia de mí, tenían las agallas y la voluntad para materializar esos ideales.
Quise unirme a ellos, pero de pronto me di cuenta que ellos tenían las mismas debilidades que yo, creían que portaban la única y válida verdad, lo que los hacía que sucumbieran en el intento por instaurar su postura. Yo no era capaz de corregirlos, no tenía los argumentos para hacerlo.
Ahora me doy cuenta que puedo comunicar mi verdad y aceptar las tantas otras que hay afuera, y no me siento sola por que aunque no lo crean todos vamos en la misma dirección, todos queremos llegar a la verdad.