No sabría cómo explicarlo. Pero es una sensación muy similar a la que veo en el video. Uno se esfuerza todo el tiempo en generar una actitud de confianza, de control en si mismo y en las cosas que deseas, cuando te das cuenta que a pesar de todo no da resultado. Ahí, cuando te ves superado por la situación y te das por vencido, ahí, recién ahí, llega lo que anhelaste.
Cuando tuve que explicarlo esta vez, fue algo así como, cuando pierdas la fe, ahí llegará. Es todo un proceso que parte en uno mismo, en el ego, en el control, en el afán de superioridad y autosuficiencia propio del ser humano, propio de mí, es algo más que confianza en si mismo, es ego en plena manifestación. Cuando crees tener el control, de ti mismo, de tus acciones y de tu entorno, ahí, en el límite de pronto te niegas a aceptar que no lo tienes, y que tal vez nunca lo tuviste y que la ilusión, esa esperanza de creer que si lo tenías, es la que te mantuvo en pié hasta ese momento. Tiempo después lo aceptas, y esa aceptación es más bien como una resignación, acompañado de congoja que te envuelve y te debilita, se sientes frágil y vulnerable, enojado y luego ya calmado, aceptas que eres sólo un ser humano, mortal, sensible, solitario. Y ahí, en esa humildad espiritual, de pronto, cuando ya no lo esperabas, sucede, sorpresivamente vuelves a creer, la desesperanza se vuelve esperanza y todo vuelve a comenzar.