Tú, a ti me dirijo quien guía mis pasos, me acompaña y comparte conmigo quien realmente soy. A ti me dirijo primero para cerciorarme que sigues allí, y luego para agradecer tu compañía incondicional y cada una de tus señales que iluminan mi camino.
Te pido que no me abandones, te necesito junto a mí para no desviar mis pasos. Tú sabiduría es quien me mantiene firme por aquel camino en el cual más personas salimos beneficiadas.
Te pido que no dejes de enseñarme, manifiéstate y guíame por el lugar que me dará paz y me mantendrá tranquila y alejada de sentimientos como la envidia, los celos, la altanería, la mentira, el odio, el rencor y tantos otros que me estancan y me impiden ver las cosas con claridad. Aleja esos sentimientos de mi, no permitas que los desarrolle, desvanécelos y permíteme y entrégame la fuerza y voluntad necesarias para colaborar y contribuir con el bien y la felicidad de los demás haciéndolos parte de mí propia felicidad.
Si bien no puedo captar tu presencia a través de mis sentidos físicos, sé que existes, puedo percibir tu energía e identificar tus señales a través de las cuales te comunicas conmigo. Te pido seas claro y específico, ya que muchas veces no me siento capacitada para comprenderte.
Pido también, para que cada día pueda acercarme un poco mas a ti y formar parte de tu voluntad. Ilumíname para que pueda pronunciar la palabra PERDÓN y así lo sienta realmente. Ayúdame a descubrir qué es el amor y de qué manera puedo alcanzarlo para contribuir a tu obra, distribuirlo y expandirlo como es tú voluntad, has de ello también la mía y permite que esta gran llama, tú luz también ilumine a otros seres. Que muchos puedan conectarse contigo y hacer de sus vidas una fuente de felicidad y amor en expansión.
¡Haz que esto suceda!