Película: "A Beautiful mind"
Heme aquí otra vez, buscando refugio en estas palabras que no pueden salir de mi boca pero que mis manos liberan con facilidad, esperando que las encuentres algún día, tal vez por error, tal vez por curiosidad. Cual sea el motivo me intriga la idea en que te des por enterado. Aún no soy lo suficientemente valiente para decírtelas cara a cara, presiento que eso no ocurrirá jamás, en fin, eso ya no importa. A estas alturas este desahogo es suficiente para mi.
Recuerdo que una vez acudí desesperada a ti implorando consuelo. En aquella época éramos amigos. Te mencioné lo que en mi cabeza me atormentaba y no podía dejar de pensar en ello. Tu consejo aunque simple fue muy sabio: pero no pienses más. En aquel momento lo encontré absurdo; hoy le tomo la seriedad que trasciende de ello: nuestros pensamientos son nuestros porque nosotros decidimos pensar en ellos, nosotros le damos cabida para que se desarrollen, si no los alimentamos, tarde o temprano desaparecerán. Es así como pretendo sacarte de una vez de mis pensamientos, de todos modos lentamente pasaste de ser de carne y hueso, y te volviste virtual. Y lo bueno de lo virtual es que con sólo una tecla, desapareces.
Aunque en lo emocional el proceso es mas lento, al menos lo es para mi, llega el día en que te detienes a evaluar aquello en que vale la pena ocupar tu tiempo de lo que no. Evalúas los pros y contra para tomar una decisión y como mi actual formación de ingeniera me ha estado enseñando, te inclinas por aquello que te genera mas beneficios con menos recursos. Contigo los recursos se volvieron no renovables y eso si lo analizamos desde la perspectiva económica, no es rentable. Y algo que no es rentable, no vale la pena invertir. Como podrás darte cuenta, esta semejanza con los negocios puede parecerte una forma fría y calculadora cuando de lo que se esta hablando es de sentimientos y emociones; pues bien, eso es en lo que me he convertido ahora. Si estoy satisfecha con ello o no, es algo que aún estoy decidiendo.
Es tan agobiante tener que estar constantemente buscando justificación para permanecer a tu lado, que ya estoy cansada. Tu mismo lo dijiste, busca estar tranquila, eso haré, sacaré de mi vida todo aquello que está perturbándola, comenzando por ti. He sido capas de hacerlo en el trabajo con una entereza y osadía irreconocible, actitud que celebras cada vez que te lo cuento y no podía ser capas de aplicarlo contigo hasta ahora. Una vez recuerdo haber escrito de las relaciones desechables y me declaraba abiertamente opositora de ello. Y ahora estoy haciendo exactamente lo contrario a lo que defendía en aquella oportunidad. Mi conducta se a vuelto errática e inconsecuente, y ese patrón es el que ha desencadenado en mi un descontrol no sólo de mi mente, sino también de mi cuerpo. Las señales son claras y ahora finalmente las veo. Esta vez no encuentro mas justificaciones. "O te adaptas o te vas", y ya sabes que no soy una persona flexible en lo emocional. Así que prefiero salir de esto y rearmar mi vida. Tal vez no tengo claro lo que quiero pero si lo que no quiero y no quiero seguir así por más sentimientos que tenga hacia ti. Me alejo así, en silencio, sin dar explicaciones, sin escándalos ni dramatizaciones como acostumbraba, tal vez si estoy mas madura, quizá solo un poco, quien sabe, eso lo decidirá el tiempo y cuando logre descifrar tal vez, solo tal vez pueda compartirlo contigo.