Hay emociones, sensaciones o sentimientos que se desencadenan producto de alguna situación en particular. Siempre han permanecido allí, tal vez inconscientemente en aquellos recovecos que los científicos aún no ha logrado investigar. En esos instantes, ya no puedes controlarlos, como si hubiesen estado esperando pacientemente el momento en los cuales expresarse.
La chica danesa es una de esas excusas a partir de la cual mis emociones afloraron a través de mis ojos. Una película muy emotiva que relata la vida de una mujer atrapada dentro del cuerpo de un hombre y su camino para lograr revertir lo que en sus palabras había sido un "error de la naturaleza". Sin embargo y a pesar de la cautivante historia del protagonista, fue la historia de esposa de este quien capturó mi atención. No quisiera arruinar la película contándoles su argumento, a la espera que se motiven a verla. Es el amor, nuevamente quien me tiene aquí desahogándome a través de estas letras cual lágrimas se asomaran a mis ojos y el deseo de verterlas en este lienzo vacío esperando acogida.
Hoy es uno de esos días de los que la naturaleza dota a una mujer para que pueda expresarse libremente bajo el alero que las hormonas se han liberado a la espera de que la fecundación haya dado fruto. Hoy es uno de esos días en que me siento más humana y menos comprendida incluso hasta por mi misma. Esos días en que puedo gozar de una creatividad inimaginable de la cual se han desplegado mis mas grandiosas creaciones. Si algo tengo que reprocharle y agradecerle a la naturaleza paralelamente, es poder gozar de ciertos días al mes de esta exacerbada liberación de emociones que se desencadena descontroladamente tanto en mi cuerpo como en mi alma, y nótese que estoy usando la palabra "alma" y no "mente" como suelo identificar esa dualidad humana que nos completa.
Volviendo a la película, me he quedado pensando en lo que realmente significa amar. He quedado profundamente marcada por la actuación de este personaje, por la mano del director que logro extraer de algún lugar dentro de mí esta sensación de querer volcarme hacia mis temores mas profundos y dejar que se liberen inalterados. El amor, presente y ausente en cada decisión, el protagonista, al fin y al cabo de todo cuanto sucede en mi vida. No pedí encontrarlo y llegó a mí; no quise soltarlo y lo perdí. Y ahora, en esta búsqueda frenética me doy cuenta que tal vez nunca lo tuve. Te amo, te amé y te amaré son las conjugaciones de un verbo que ni siquiera debiera conjugarse. Amarlo a él, amarme a mi misma. Simplemente amar.
Emoción que ha estado siempre allí y que ante el más pequeño estímulo se desencadena. Sentimiento que se queda aún cuando el objeto amado desaparece. Amor, simplemente amor. Soy parte de ello, soy parte de mi misma, soy parte del amor.
Una vez pregunté afligida, por qué no podía entender cómo habían sucedido las cosas para que el hombre llegara a ser hombre, para que yo estuviera aquí, mi pregunta fue respondida que no debía tratar de entenderlo a través de este plano, pues todo esto había sucedido en un plano superior a la cual mi mente no podría acceder. Al principio sentí que fue una respuesta protocolar solo para indicarme que no sabía, ahora me doy cuenta que tiene toda la lógica que lo ilógico es capas de razonar.
Es como un trabalenguas que sólo debe repetirse aunque la frase no parezca coherente, jamás fue su objetivo el resultar coherente, mas bien como ejercicio para desarrollar el lenguaje humano. El amor es una de esas cosas que no necesita ser comprendido, ni siquiera ser descifrado, simplemente explorado a través de la propia dicha de sentirlo. La dicha y la desdicha, por cierto.
Aún tengo la curiosidad de saber si verdaderamente amé, si el objeto de mi deseo sintió que su individualidad se desarrollo gracias a ese amor, o por el contrario reprimí su ser con mi ego y el afán por sentirme amada. A veces me pregunto sólo si el amor se trata de un otro que te complete ya sea como pareja, amigo, hermano; o simplemente de uno mismo en soledad. Sentimientos y emociones se desarrollan dentro de mí y buscan cabida, buscan comprensión, buscan...a decir verdad no sé lo que buscan.