Eres reactivo; entonces REACCIONA!!!



  Conformarnos con lo que “nos toco” vivir y aceptar esta condición es una postura, por lo demás, bien cómoda ante la vida. Dejar que las cosas nos sucedan, sentarnos a esperar “algo bueno”, porque eso es lo que creo merecer. 

  La vida no está escrita, las cosas que nos van sucediendo son el resultado de las decisiones que vamos tomando y eso es justamente lo más entretenido de vivir Tú no tienes por qué ser parte de una obra que se desarrolla ante tus ojos y donde ya está definido tu papel, si no te gusta la historia, entonces ve y cámbiala.

   La clave del éxito, según la mayoría de los escritores y difusores que profesan este tema, alude a la proactividad, una actitud en la cual el sujeto asume la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan, de tomar pleno control de ellas. Las personas proactivas influyen positivamente en su entorno, modificándolo y haciéndolo más próspero, provocando, inclusive que los otros también cambien, haciendo del lugar en donde se encuentran un lugar más placentero y seguro. La contraparte de esta cualidad es la reactividad, una actitud en la cual las personas fluyen al mismo ritmo de su entrono, es este finalmente quien los define, se van moldeando , se ven influenciados por las circunstancias no importándoles si es bueno o malo, simplemente fluyen por su caudal sin cuestionarse nada de lo que les sucede, aceptan y se resignan a su realidad aunque esta no les parezca ni les entregue ningún beneficio; y si se sintieran en algún momento agobiadas, entonces van y cambian de ambiente donde vuelven a asimilar a su nuevo entorno.Estas personas suelen ir probando eternamente donde encajan, cambian frecuentemente de amigos, de pareja, de lugar de trabajo, en cuanto se enemistan con su entorno y este ya no les genera satisfacciones, entonces van y escapan literalmente de él, y borrón y cuenta nueva, se acomodan en otro esperando que en este la satisfacción sea más duradera.

   Las personas reactivas son tremendamente dependientes, de su entorno, de sus “amigos” o cercanos con los cuales cuentan en ese momento, es difícil definirlos, ya que sus características van a estar muy ligadas al entorno donde se encuentren; siempre van cambiando, una vez que en el que están ya no le otorguen satisfacciones, entonces hacen sus maletas y se mudan literalmente a una nueva vida no importándoles si lo que dejaron atrás pudo haberse visto afectado. Frecuentemente se enemistan con personas y no les importa, pues no crean lazos, compañeros de trabajo, amigos, jefes, familia, etc. Les es más cómodo huir que participar. Se vanaglorian de que son independientes solo por el hecho de que pueden vivir solos y son capaces de tomar sus propias decisiones, sin embargo, de qué decisiones están hablando, ni ellos lo saben, pues no son ningún aporte en ningún lugar donde ellos están, son prescindibles e innecesarios. No podría especificar bien por qué lo hacen, tal vez fueron reprimidos en su infancia,  quizá nunca fueron escuchados y se acostumbraron a ello o finalmente por miedo.

Los domadores de elefantes en la India, para enseñar al elefante a quedarse en un sitio, desde que es muy pequeño y no tiene fuerza, lo amarran de una pata a una estaca clavada en el suelo, El pequeño elefante lucha por soltarse de la estaca y no lo logra. Durante algún tiempo sigue con la lucha, hasta que se da por vencido, porque no tiene la fuerza para liberarse de la estaca. Dentro de su cerebro  genera una limitación tan marcada, que cuando el elefante crece y tiene la fuerza suficiente para liberarse, ya no lo intenta, simplemente, el elefante está mentalmente limitado y no es consciente de sus propias capacidades para liberarse.
Al igual que los elefantes, nosotros también creamos lazos firmemente amarrados a una estaca, basados en comportamientos que en algún momento nos dieron algún resultado y se convirtieron en estas estacas. Pasado el tiempo, la estaca se mantiene, pero nosotros no vemos la potencialidad que tenemos para liberarnos, es el paradigma creado que nos impide salir de ciertos hábitos y cambiarlos por otros que sean más efectivos en un nuevo escenario.

   Los animales poseen un cerebro primitivo, instintivo el cual solamente se preocupa de su sobrevivencia y de resolver sus necesidades más básicas. En el ser humano, este cerebro primitivo fue rodeado por una capa denominada corteza cerebral que es donde se albergan las neuronas, un tipo de células nerviosas encargadas de percibir el mundo exterior.  En base a nuestras experiencias, las neuronas van creando redes a través de las cuales cada una se va conectando con otra formando un patrón que luego se expondrá en nuestro carácter. Sin embargo, es posible ir cambiando esas conexiones según más nos acomoden.
Por ejemplo, si una persona un día se siente triste, al otro día permanece en esa misma condición y luego de un par de semanas sigue así, se creará una red neuronal que definirá que ella es una persona triste. Si yo decido, a pesar de estar triste no sumergirme en esa condición y me impongo ser feliz, ese patrón de tristeza se romperá y la conexión neuronal no se creará, pasando a la tristeza a un estado más que una condición.
No tenemos por qué crearnos condiciones de perdedores, depresivos o reactivos. Contamos con las capacidades necesarias para explotar la condición que decidamos ser. Podemos influir poderosamente en nuestro entorno, cambiarlo si así lo queremos, nuestra historia no tiene por qué definirnos, ya no somos pequeños elefantes intentando zafarnos de aquella estaca, nos fortalecimos, crecimos, maduramos, podemos hacernos cargo de nuestra vida y de lo que queremos hacer con ella.

   Ve, libérate de tu estaca, y comienza a vivir la vida que quieres.


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