¿Sabes que te quiero?

 
 Uno no tendría que hacer esta pregunta si eso estuviera realmente claro. 

   Durante estos últimos años, he podido llegar a la conclusión que el mensaje que enviamos a nuestro receptor no es siempre comprendido al ciento por ciento por este. Mas bien, me atrevería a declarar que nuestro interlocutor muchas veces ni siquiera sabe que es para él.


   Los malos entendidos suelen ser una de las causas más frecuentes de discusiones y en el peor de los casos de peleas entre las personas cualquiera sea la relación que tengan. Uno manifiesta un mensaje, ya sea por vía oral a través del lenguaje, o a través de los gestos y muecas, y no reparamos en que si este fue recibido como esperábamos que fuera, siquiera nos ocupamos de si entendió lo que quisimos decir.