No son los errores que comete los que indican si es buena o no, es mas bien la actitud como lo enfrenta lo que hace la diferencia. Una frase extraída durante una conversación con mi actual jefe cuando intentaba explicarme el por qué de su regalo.
Comencé a tomarle el valor a aquellas situaciones difíciles que ocurren en la vida, aquellas que no logro entender por qué suceden, cuando empecé a cultivar la paciencia y a esperar que la suciedad decantara y dejara ver la claridad del agua.
Hasta ahora, he sido promovedora de el actuar por sobre el dejar que se actúe sobre nosotros, sin embargo, es justamente el tiempo con su maestría el que me ha mostrado el panorama con mayor amplitud. Muchas veces me vi envuelta en la terquedad que se desprende del dolor y el despecho declarando lo injusta que es la vida con quien no lo merece. Lo cierto es que cada cosa que ocurre no es mas que la consecuencia de una causa inicial que lo desencadenó; la tierra sólo te proveerá de aquello que cultivaste y cuidaste durante un determinado período de tiempo; no puedes esperar manzanas cuando sembraste peras.